Los rizomas son tallos horizontales que están a ras de tierra o ligeramente enterrados.
Los rizomas almacenan reservas y de ellos salen brotes que forman la planta.
A principios de la primavera, desentierra los rizomas y córtalos en trozos con un cuchillo o navaja, llevando cada una un brote con hojas. Planta cada fragmento en una maceta individual.
Se pueden plantar de inmediato o dejar a la sombra algunos días, tras aplicarles fungicida.
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